El Aikido es un arte marcial de origen japonés, que nos permite defendernos con nuestras manos de uno o de varios adversarios, armados o no.
Su entrenamiento y práctica no incluye participación en torneos y competencias, puesto que se rechaza todo lo que implique violencia y destrucción. Este principio de no violencia, base fundamental de esta actividad, consiste en vivir esmerándose por comprender todo lo que a nuestro alrededor son las manisfestaciones de la naturaleza, de modo de ponerse en perfecta armonía con la naturaleza.
En esta época de extrema deshumanización, el Aikido posee un encanto singular.
Especialmente atractivo resulta el hecho de que toda persona, sin tener en cuenta su edad, sexo o capacidad atlética, puede realizar a través de su práctica, la unificación del principio creativo que se manisfiesta en el poder de la respiración. Esta unificación es la fuente de la energía vital, la cual no solo llena el vacío espiritual, sino que provee de contenido real y de significación a la vida diaria.